Tánger, la puerta de Marruecos

“Es mejor encender una luz que maldecir la oscuridad.”

(Proverbio árabe)

 

 Tánger (ver vídeo) es una ciudad situada en el extremo norte de Marruecos, y separada del continente europeo por el estrecho de Gibraltar. Con una población de cerca de un millón de habitantes es la segunda ciudad comercial del país y la principal puerta de entrada al mismo.

Después del desmantelamiento de la colonia francesa que ocupó el norte de África hasta 1912, Tánger quedó bajo la administración conjunta de nueve países, casi todos europeos, y de algún modo abandonada a su suerte. Debido a esto, hasta el año 1956 Tánger se convirtió en una ciudad internacional, capital del exilio burgués europeo y norteamericano y punto de encuentro de dudosos hombres de negocios, contrabandistas, espías, nobles arruinados, magnates rusos, judíos millonarios, excéntricos, prostitutas y todo tipo de oportunistas que crearon un estilo de vida bohemio y libertino, atraídos por el exotismo del ambiente cosmopolita y liberal, así como por la facilidad de hacer negocios.

Si llegamos por mar, el Hotel Continental nos recibirá a nuestra llegada en barco, un monumento a la decadencia que abrió sus puertas en 1865 y que aún conserva la espléndida decoración de sus salones, y en el que se han alojado celebridades internacionales como Pío Baroja, Antoni Gaudí o Winston Churchill.

En la ciudad todavía se respira un cierto aire bohemio, intelectual y clandestino. En el Café de París, escenario de tantos relatos que alimentaron la fama intelectual de la ciudad, o en el Café Hafa, que desciende en escalera sobre el acantilado de Marshan. Desde sus mesas, se disfruta de una inmejorable vista del estrecho y la costa española.

Pasear por el Petit Socco o sentarse sin prisas en el Café Tinguis viendo pasar la gente mientras se saborea un delicioso té, es una ceremonia obligada. O recorrer la Plaza 9 de Abril, con el famoso Cinema Rif, la Mezquita Sidi Boubaid, o darse una vuelta por el Mercado Central y el antiguo Fondouk Chejra, para después, a través de la puerta Bab El-Fahs adentrarse en la Medina y descubrir algunas joyas, como la tumba del gran viajero Ibn Batouta, la Mezquita Jedida o la Kasbah situada en lo más alto. A esta antigua Kasbah se puede acceder desde alguna de las puertas: Bab Haha, Bab Kasbah, Bab Al-Assa y Bab Al-Bahr, a través de las cuales llegaremos por callejuelas hasta la Plaza Mechoir, con su Mezquita de la Kasbah, el Museo de la Kasbah y un pequeño local donde actúan habitualmente un grupo de veteranos músicos: "Les fils du détroit".

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